domingo, 11 de noviembre de 2007

NO, NO SOY NAZI


Aunque en la cabecera de este blog aparezca con el brazo levantado, no soy nazi. Todo hay que explicarlo: Gesticulo mucho cuando recito y, casualmente, en esa foto aparezco haciendo un gesto parecido al saludo que hacían los alemanes.
Aún así, metafóricamente, podría afirmar que pretendo ser "nacionalista de la poesía" o, -más bien-, de la palabra, porque autodenominarme poeta me parece subidito de tono...
Efectivamente,"me pone" la violencia de la palabra, me permite cabrearme hasta con el gusano más escondido en las profundidades de la tierra.
Intento ser apolítico aunque sea complicado porque me gusta escupir hacia todas partes, sobre todo, porque la mierda lo salpica todo y todo lo que tenemos encima está manchado de ella, en mayor o menor medida.
Mi superior, -en contra de lo que alguno puede pensar-, no solo no me coarta para berrear, sino que me motiva, me empuja a ello causándome un cabreo permanente que se traduce en fuente de inspiración.
Por tanto, el anillo no me molesta, más bien, me enciende, me ratifica, me viste de amarillo de por vida; me regala unos guantes de boxeo y, aunque lleve una cruz o me ponga un saco en la cabeza para equilibrar la bomba atómica que tengo en el corazón, el tsunami poético debe continuar.
Soy yo, y me voy a aprovechar del anillo.
Así que...
CABREO Y JUSTICIA POÉTICA.

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